No es nada nuevo decir que las empresas que apuestan por el diseño son aquellas que sobresalen en el mercado, que superan a la competencia y que entienden que es la base de su principal valor diferenciador. Sin embargo, faltan muchas que todavía no aprecian lo que el diseño puede aportar a su negocio.
El design thinking es un concepto que los altos ejecutivos y los empresarios necesitan entender con más claridad. Saber identificar aquellas oportunidades donde el diseño puede motivar la innovación, ayuda a definir las estrategias de negocio, o ser el camino para llegar a soluciones para resolver cualquier problema, es parte crucial de la supervivencia empresarial, hoy más que nunca. El diseño juega un papel importante no solo en las empresas sino en cada nivel de la sociedad: en la educación, en las industrias, en los servicios de salud, en el gobierno, en todo.
Permitir que el diseño permee toda la sociedad es el gran reto y es a través de las empresas que es posible cultivar una mayor conciencia de su valor. Una vez que las organizaciones e instituciones empiezan a invertir en diseño es más probable que resulte en una mayor aplicación en todos los niveles de la sociedad. Para los empresarios que están contemplando un cambio o un rediseño de su marca, por ejemplo, el proceso debiera empezar con una pregunta: ¿cómo podemos organizar nuestra empresa de manera diferente e innovadora para crear una entidad más coherente y de mayor valor?
No hay atajos para las soluciones reales. Un rediseño no se trata de ajustar un color o mover un detalle; se trata más bien de la oportunidad de retar la filosofía de la empresa, cuestionar su posicionamiento, su misión, visión y valores, y entender que no es la misma que 15 años atrás.
Un cambio de identidad es necesario para reflejar tanto lo que "se es" hoy mismo, como lo que "se será" mañana.
Los corporativos que apuestan por el diseño son admirados por sus clientes, respetados por los medios de comunicación y considerados modelos de referencia para otras organizaciones. El diseño es un importante catalizador del cambio en la organización, es también un recurso clave para reestructurar la estrategia de negocio. Empresas como Apple, Nike y Starbucks, como Compartamos Banco, Volaris y Banco BHD León, por mencionar algunas, tienen claro el papel del diseño; están a la vanguardia de la innovación. Son marcas muy reconocidas, de alto valor, que satisfacen las necesidades de sus audiencias y que ocupan posiciones de liderazgo en sus sectores. Son marcas que inspiran, que llegan de forma efectiva a sus clientes, que crean experiencias conectando con sus audiencias de forma única.
Las empresas que están considerando la posibilidad de aplicar el diseño a sus empresas por primera vez tienen que abrirse a oportunidades nuevas, salirse de su zona de confort, ir más allá de su imaginación y permitir que florezca el buen diseño y la innovación en todos los niveles de su negocio. Los resultados serán sorprendentes.